El vasco que humilló a los ingleses

Sus compañeros de la Real Armada lo llamaban Medio hombre, por lo que quedaba de él; pero los cojones siempre los tuvo intactos y en su sitio. Como los del caballo de Espartero.

– Arturo Pérez-Reverte sobre Blas de Lezo en Patente de Corso.

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